El expresidente del Perú, Alberto Fujimori, falleció esta tarde a los 86 años de edad, tras padecer una serie de dolencias, confirmó su hija mayor, la lideresa Fuerza Popular, Keiko Fujimori.
Durante su década en el poder, revitalizó la economía y sofocó dos insurgencias izquierdistas violentas. Sin embargo, se vio forzado a dimitir debido a un escándalo de corrupción y posteriormente fue encarcelado.
Alberto Fujimori, quien durante su década en la presidencia de Perú revitalizó la economía y sofocó dos insurgencias izquierdistas letales, falleció el miércoles a los 86 años. Su salida del poder se debió a un escándalo de corrupción y posteriormente fue encarcelado por violaciones a los derechos humanos.
Su hija, Keiko Fujimori, confirmó su fallecimiento a través de una publicación en X. Fujimori, que sufría de arritmia y otras complicaciones de salud, falleció a causa de cáncer.
Hijo de inmigrantes japoneses, Fujimori era un ingeniero agrónomo poco conocido y un novato en la política cuando se postuló para la presidencia en 1990, realizando una campaña memorable a bordo de un tractor. Sorprendió al país al obtener el segundo lugar entre numerosos candidatos y luego derrotó en la segunda vuelta al favorito de los poderes tradicionales, el novelista Mario Vargas Llosa.
Durante su mandato, Fujimori logró controlar la hiperinflación, el desempleo y la mala gestión, impulsando el crecimiento económico y mejorando el nivel de vida, además de tomar medidas contra el narcotráfico. Sin embargo, también mostró poco respeto por las leyes e instituciones peruanas, llegando a cerrar temporalmente el Congreso y gobernar por decreto durante varios meses. Aunque se le reconoció por su capacidad para someter a las dos insurgencias, Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru, la brutalidad de sus métodos generó críticas internacionales y resultó en una larga condena en prisión.
Su caída fue tan inesperada como su ascenso. En el año 2000, después de que un canal de televisión difundiera un video en el que su jefe de inteligencia intentaba sobornar a un congresista, Fujimori fue destituido y huyó a Japón. Desde un hotel en Tokio, presentó su renuncia por fax. Tras cinco años en el exilio, intentó relanzar su carrera política viajando a Chile, pero fue extraditado a Perú.
En 2009, fue condenado a 25 años de prisión por las atrocidades cometidas por una unidad militar al inicio de su presidencia, en un incidente en el que murieron 25 personas.
Se considera que Fujimori es el primer expresidente elegido democráticamente en el mundo en ser condenado por violaciones a los derechos humanos en su propio país. A pesar de su encarcelamiento, continuó recibiendo el apoyo de sus seguidores.
El fujimorismo mantuvo una influencia significativa en la política peruana mucho después de la caída de su líder. Su hija mayor, Keiko Fujimori, quien había sido primera dama tras el distanciamiento público de sus padres, heredó gran parte de su base de apoyo. Keiko estuvo cerca de ganar la presidencia en 2011 y 2016, y se convirtió en una de las principales líderes de la oposición en el país durante varios años.
Fujimori había solicitado en repetidas ocasiones un indulto presidencial, alegando un deterioro acelerado de su salud en prisión. El 24 de diciembre de 2017, el presidente Pedro Pablo Kuczynski le concedió el indulto por razones humanitarias, solo tres días después de sobrevivir a una votación de destitución con la inesperada ayuda de los partidarios de Fujimori en el Congreso. Este indulto provocó protestas en las calles y fue anulado al año siguiente por la Corte Suprema de Justicia de Perú. Fujimori regresó a prisión el 23 de enero de 2019.
En diciembre pasado, el Tribunal Constitucional de Perú ordenó su liberación, desafiando una orden de una corte internacional que pedía su permanencia en prisión. Algunos expertos han señalado esta decisión como un indicio del deterioro institucional en Perú.
Fujimori, una figura profundamente controversial en la historia moderna de Perú, ha esquivado un juicio claro.
“Su manejo de la economía y su éxito en la lucha contra Sendero Luminoso son sus legados más importantes”, comenta Julio F. Carrión, politólogo de la Universidad de Delaware especializado en América Latina. “Aunque resolvió problemas económicos y de seguridad, lo hizo de manera autoritaria.”
Paulo Drinot, historiador peruano en University College London, comentó sobre la presidencia de Fujimori: “A partir de 1992, su régimen se volvió altamente autoritario y, como sabemos ahora, extremadamente corrupto. En conjunto, su impacto en Perú fue más negativo que positivo. Este régimen ayudó a crear una cultura política profundamente polarizada y débilmente institucionalizada, generando una percepción de que el país es casi ingobernable.”